Martín Prado, de Adelco, recuerda el reclamo de un hombre que, durante la última Navidad, encontró una cañita voladora dentro de una botella de agua mineral. “El señor dijo que, como esa botella venía dentro de un pack de seis, no se percató de que contenía agua turbia. Lo que pasó fue que, al servirla, la cañita cayó dentro de un vaso”, relata.
Mucho peor fue el episodio de un señor que al comer un yogur se dio cuenta de que había un elemento extraño dentro del envase. Lamentablemente se tragó una pequeña tuerca y lo tuvieron que intervenir quirúrgicamente.
En la serie de los reclamos curiosos también hay una consulta que puede volverse popular por estos días: un señor se dirigió a la Dirección de Defensa del Consumidor de la ciudad de Buenos Aires y preguntó cuánta grasa debe contener un kilo de carne. Es que había comprado un kilo de cuadril y le pareció que traía demasiada.
Los consumidores están protegidos legalmente desde la reforma constitucional de 1994. El artículo 42 establece que “los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz, a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno”. Consumidores y usuarios también están protegidos por la ley 24.240 de Defensa del Consumidor, promulgada en 1993.