Trucos para tomar un taxi.

Los usos y costumbres para la toma de taxis varían de país en país, por lo que es bueno tener en cuenta que no siempre se aplican las mismas reglas que en nuestra ciudad de origen.




Al momento del arribo a tierras extranjeras hay que saber que en las paradas de taxis de cualquier aeropuerto siempre hay vehículos oficiales, pero junto a éstos suelen coexistir otros transportes no tan fiables. Distinguir unos de otros es fundamental. Los segundos siempre ofrecen tarifas más baratas, pero la decisión corre por cuenta del pasajero, ya que pueden existir riesgos para la seguridad.

Siempre es conveniente tener un mapa y una idea del recorrido que debería hacer el taxi del aeropuerto a nuestro hotel. Así se podrán prevenir las típicas artimañas de conductores inescrupulosos, tales como llevar por un camino mucho más largo y costoso, o derivar al pasajero en una agencia de viajes u hotel “amigo”. El simple robo de dinero, pertenencias o equipajes también puede llegar a ser el triste saldo de una mala experiencia. Es por estos motivos que, salvo que se conozca muy bien la cultura del transporte local, no conviene arriesgar con remises y taxis ilegales.


Averiguar cuánto cuesta

Una estrategia clásica para evitar ser estafados es averiguar de antemano cuál es el precio estándar del recorrido que tenemos previsto hacer. Al tomar el taxi se puede preguntar al chofer cuál es la tarifa estimada, para comprobar que coincida con la información relevada y además evitar sorpresas al finalizar el viaje.

Los taxis oficiales suelen tener un número de identifiación, el cual conviene tener anotado en caso de intentar alguna clase de reclamo.

Tal como ocurre en la Argentina, es muy común que los taxis en regla sean parte de una red, por lo cual poseen equipos de radio con los cuales se comunican con la base de operaciones.

Mostrar cierta seguridad y conocimiento de la ciudad, aunque sea simulado, tiende a generar un mayor respeto de parte del chofer y puede ayudar a disuadirlo de intentar maniobras extrañas.

Repetir buenas experiencias

Hay que tener en cuenta que los intentos de estafa son mucho más habituales en grandes ciudades que en distritos pequeños. Por eso la informalidad de los transportes puede ser más aceptada cuando se toma un taxi en un pueblo pequeño, ya que es probable que las unidades precarias sean la única forma de circular en esa zona. En caso de tener una buena experiencia con un chofer en particular, puede ser útil guardar su contacto o el de la empresa, para volver a llamarlo en el futuro o incluso consultarlo para viajes de mayor distancia.




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  1. daa 31 mayo, 2017